La Historia de Sara y Agar, Isaac e Ismael

En los artículos anteriores hablamos sobre Abraham y sobre Lot su sobrino, así que una vez introducidos a Abraham y a Lot es momento de hablar de Sara y Agar. El relato de Sara y Agar lo encontramos en el libro de Génesis y se extiende desde el capítulo 12 al 23.

Quiero resaltar para que no nos confundamos que Dios cambio los nombre de Abraham y Sara. Al inicio sus nombres fueron Abram y Sarai, pero Dios decidió cambiarles los nombres por Abraham y Sara. Así que si durante este estudio bíblico ves los dos nombres, nos referimos a las mismas personas.

¿Quién fue Sara y quién fue Agar en la Biblia?

Sara era la esposa de Abraham. Agar era la sirvienta de Sara. Sara era de la misma nación y raza que Abraham y como veremos en los próximos estudios ellos eran medio hermanos. Por el contrario Agar era egipcia.

Como vimos en los estudios bíblicos anteriores Dios le había prometido a Abraham mucha descendencia (Gn 12, Gn 17), pero diez años después de la promesa, Sara todavía no podía tener hijos, y ambos estaban a punto de hacerse demasiado viejos como para tener hijos. 

Sarai mujer de Abram no le daba hijos; y ella tenía una sierva egipcia, que se llamaba Agar. Dijo entonces Sarai a Abram: Ya ves que Jehová me ha hecho estéril; te ruego, pues, que te llegues a mi sierva; quizá tendré hijos de ella. Y atendió Abram al ruego de Sarai. Y Sarai mujer de Abram tomó a Agar su sierva egipcia, al cabo de diez años que había habitado Abram en la tierra de Canaán, y la dio por mujer a Abram su marido. Y él se llegó a Agar, la cual concibió; y cuando vio que había concebido, miraba con desprecio a su señora.

Génesis 16:1-4

Tras esperar la promesa de Dios durante estos 10 años se empezaron a impacientar y pensaron erróneamente que tal vez era momento de darle una ayudita a Dios, que tal vez lo que Dios quiso decir era otra cosa. Entonces Sara decidió darle su sierva Agar a Abraham, de acuerdo con la costumbre de aquella época, para que Sara pudiera tener un hijo a través de ella. 

Después de que Agar y Abraham se acostaron, Agar quedo embrazada y empezaron los problemas en la familia de Abraham. El verso 4 nos dice que Agar miraba con desprecio a Sara su señora y el verso 5 nos da a entender que el motivo de ese desprecio era que Agar sentía que ella si podía darle un hijo a Abraham.

Agar huye al desierto

Por ese desprecio Sara comenzó a tratarla duramente con Agar, y ella huyó al desierto para escapar de Sara. En el desierto el ángel del Señor se encontró con Agar,  y le ordeno que regresara con Abraham y Sara. El ángel también le dio una promesa: «Multiplicaré tanto tu descendencia, que no podrá ser contada a causa de la multitud.» (Génesis 16:10). El ángel también le dijo el nombre y el carácter que tendría su hijo. Se llamaría Ismael y seria hombre fiero (Génesis 16: 11-12).

Finalmente Agar volvió a casa de Abraham y Sara. Allí ella dio a luz y como el ángel le había indicado lo llamaron Ismael.

El Hijo de la Promesa

Aunque Abraham parecía satisfecho con su hijo Ismael no olvidemos que este hijo no fue el que Dios le había prometido. De hecho en Génesis 17 cuando Dios se aparece de nuevo a Abraham y le confirma sus promesas le dice que Sara le dará un hijo y que sera madre de naciones y reyes. 

Y la bendeciré, y también te daré de ella hijo; sí, la bendeciré, y vendrá a ser madre de naciones; reyes de pueblos vendrán de ella. Entonces Abraham se postró sobre su rostro, y se rió, y dijo en su corazón: ¿A hombre de cien años ha de nacer hijo? ¿Y Sara, ya de noventa años, ha de concebir? Y dijo Abraham a Dios: Ojalá Ismael viva delante de ti. Respondió Dios: Ciertamente Sara tu mujer te dará a luz un hijo, y llamarás su nombre Isaac; y confirmaré mi pacto con él como pacto perpetuo para sus descendientes después de él.

Génesis 17:16-19

Podemos ver como Abraham le dice a Dios de alguna manera que ellos ya están viejos y que mejor use a Ismael. Es probable pensar que después que nació Ismael, Abraham ya debía pensar que la promesa se había cumplido, pero no fue así. Así que estas palabras de Dios sobre Abraham y Sara debieron sacudir su mente.

Algún tiempo después Dios cumplió su promesa a Abraham y Sara. Sara dio a luz a un hijo llamado Isaac, puedes leer este relato en Génesis 21:1-7. 

Agar e Ismael son Echados de la Casa de Abraham

Después de la fiesta que hicieron cuando Isaac fue destetado, volvieron los problemas a la casa de Abraham pero esta vez no fue Agar la causante sino Ismael su hijo. 

Y vio Sara que el hijo de Agar la egipcia, el cual ésta le había dado a luz a Abraham, se burlaba de su hijo Isaac.

Génesis 21:9

El hijo de Agar, Ismael, tendría unos 16 años en el momento en que esto ocurrió. Como vemos Ismael se burlaba de su medio hermano Isaac, algo que también su madre hizo con Sara. Tras ver esto Sara pidió a Abraham que los echara de casa, pero esto pareció grave a Abraham, como es de esperar.

Dios le habla a Abraham diciendo:

No te parezca grave a causa del muchacho y de tu sierva; en todo lo que te dijere Sara, oye su voz, porque en Isaac te será llamada descendencia. Y también del hijo de la sierva haré una nación, porque es tu descendiente.

Gn 21:12-13

Así que, aunque con dolor, Abraham obedeció a Dios y los despidió y ellos se fueron. La Biblia nos cuenta que anduvieron errantes por el desierto hasta que les falto el agua. Entonces Agar echo a su hijo bajo un arbusto pensando que los dos morirían, y ella se apartó para no ver morir a su hijo. 

Tras su lloro, Dios escucho la voz de Ismael y un ángel de Dios apareció a Agar diciendo:

¿Qué tienes, Agar? No temas; porque Dios ha oído la voz del muchacho en donde está. Levántate, alza al muchacho, y sostenlo con tu mano, porque yo haré de él una gran nación. Entonces Dios le abrió los ojos, y vio una fuente de agua; y fue y llenó el odre de agua, y dio de beber al muchacho.

Génesis 21:17-19

Así que a punto de perder sus vidas, Dios los socorrió y confirmo sus promesas sobre Ismael. Por lo demás sabemos que Ismael y su madre vivían en el desierto de Paran, donde el se convirtió en un experto arquero y luego tomó por esposa a una egipcia (Génesis 21: 20-21).

Muerte de Sara e Ismael

Ismael, hijo de Agar, se convirtió en el padre de 12 hijos llamados príncipes. Vivió hasta los 137 años de edad y murió. 

Aunque Sara murió a la edad de 127 años en Hebrón, donde fue enterrada (Génesis 23: 1-2), aún veremos algunas partes de su vida en las próximas lecciones.

No sabemos cuando murió Agar, pero imaginamos que fue antes que Ismael.

Conclusiones Espirituales

Se pueden hacer muchas observaciones con respecto a la historia de Sara y Agar, Ismael e Isaac

Primero, Dios puede y a menudo trabaja a través de formas que parecen poco probables desde una perspectiva humana. Abraham se convirtió milagrosamente en padre a los 86 años y nuevamente a los 99. La madre de Isaac, Sara, era estéril. La promesa de Dios a Abraham no dependía de la fuerza humana lo que nos confirma que con Dios nada es imposible (Lucas 1:37). Dios usó una situación aparentemente imposible para hacer de Abraham el padre del pueblo judío, tal como lo había prometido.

De esta historia queda claro que Dios obra a pesar del esfuerzo humano equivocado. Sara no tenía por qué ofrecerle su sirvienta a Abraham, y Abraham no tenía por qué acostarse con Agar. Sara se equivocó al maltratar a su sirvienta. Sin embargo, Dios trabajó a través de estas situaciones, Agar fue bendecido, y Abraham y Sara seguían siendo los herederos de la promesa. La misericordia de Dios es grande, y su voluntad soberana se cumple independientemente de la fragilidad humana.

Esta historia familiar poco común es la que los lectores esperarían que terminase mal. Sin embargo, Dios cumplió su promesa; Isaac se convirtió en el hijo de la promesa a través del cual surgirían las tribus de Israel. El hijo de Agar, Ismael, también se convirtió en un gran líder. Independientemente de cómo se vea una situación desde la perspectiva humana, Dios continúa trabajando tanto para cumplir su voluntad como para cumplir sus promesas.

En Gálatas 4, Pablo usa la historia de Sara y Agar para ilustrar los resultados de dos pactos diferentes: el Nuevo Pacto, basado en la gracia; y el Antiguo Pacto, basado en la Ley. En la analogía de Pablo, los creyentes en Cristo son como el niño nacido de Sara: libre, el resultado de la promesa de Dios. Los que intentan ganarse la salvación con sus propias obras son como el hijo nacido de Agar: un esclavo, el resultado del esfuerzo humano.

La carne y el espíritu no pueden convivir, la carne se burla del espíritu, y el espíritu debe echar fuera a la carne. Vemos que la carne solo hereda carne así como vemos que Agar e Ismael se burlaban de lo espiritual y escogido por Dios.

Como siempre te invito a dejarme tus comentarios abajo.