¿Alguna vez has escuchado la historia sobre un hombre que, para discernir la voluntad de Dios, abriría su Biblia y lee el primer versículo que le aparecia.

Un día, mientras atravesaba un momento difícil con su familia, buscó la guía del Señor. Al abrir su Biblia, señaló un verso al azar. Su dedo se paró sobre Mateo 27: 5 : «Entonces Judas fue y se ahorcó». Desconcertado por estas instrucciones, pero todavía ansioso por una palabra de Dios, decidió repetir y pasó a otra página. Sus ojos se posaron en Lucas 10:37: «Ve y haz tú lo mismo». 

Aturdido pero atribuyéndolo a una coincidencia, el hombre decidió darle a su método una última oportunidad. Diciendo una oración rápida, pasó la página y colocó su dedo sobre Juan 13:27. Allí, mirándolo, había una orden de Jesús: «Lo que vas a hacer, hazlo más pronto».

No tengo seguro si esta historia es real o una simple anécdota. Pero me gusta el punto que refleja. Queremos una palabra de Dios rápida y que nos venga a mano en esos momentos difíciles pero Su Palabra no es una máquina expendedora de refrescos. 

Es en la lectura constante y en dedicarle tiempo que somos llenos de Su Palabra y ella fluye por medio nuestro. Sea para bendecir a otros o para traer paz a nuestra vida. 

¿Es el Estudio de la Biblia para Todos?

Permíteme hacer uso de un ejemplo:

Si tu gobierno hoy en un acto de favor decidiera regalar $1.000 a todos aquellos que lo pidieran, sería algo fantástico. Pero mientras tu permanezcas ignorante a ese verdad o ley, en nada te beneficia.

Todos los que hemos creído en Él, hemos sido hechos sus hijos, y entre muchas otras cosas tenemos preciosas y grandes promesas. Aquellos de sus hijos que no conocen estas promesas, no pueden aferrarse a ellas, no porque Dios no quiera sino por la falta de conocimiento. 

Puede que no sepas como empezar a estudiar la Biblia, o tal vez crees que eso es tarea de los que enseñan, como los pastores. Déjame decirte que el estudio de la Biblia es un privilegio y responsabilidad de todas sus hijos. 

Un privilegio porque la palabra de Dios nos alimenta y nos acerca en comunión a El. Puedo decirte con corazón sincero, que en pocos momentos del dia estoy en tanta paz y tranquilidad como cuando estoy leyendo o estudiando Su Palabra. Aunque no es la única, es la principal manera en la que Dios nos habla. No esperemos que Dios nos hable con voz audible o de alguna manera sobrenatural si ignoramos completamente Su Palabra, y por ende a Él.

A la vez, el estudio de Su Palabra es nuestra responsabilidad, ya que el nos pedirá cuentas de que hicimos con este precioso libro. Como sabremos en lo que creemos sino estudiamos la palabra, la cual es la base de nuestra fe?

Hay muchas maneras de acercarnos a la Biblia para aprender. Recuerdo en mis inicios que todo parecía confuso, y que no entendía el 95% de lo que se decía. No te agobies, es algo normal.

*Si nunca has leído la Biblia te recomendaria que empezaras por leerla en su mayoría, esto facilitará la comprensión y el estudio de la Palabra en el futuro. 

Estudiando la Biblia en 3 Sencillos Pasos

Aquí te propongo tres pasos para empezar a estudiar tu Biblia. En el futuro hablaremos sobre otros métodos.

Te recomiendo estudiar la Biblia y tomar notas, ya sea con el uso de una libreta o con tu smartphone o ordenador.

1. Observar: ¿Qué dice?

El primer paso es la observación (o quizás mejor, la comprensión). Cada vez que abrimos la Palabra de Dios, nuestra tarea más fundamental es simplemente ver qué hay allí.

La buena noticia es que la observación no es complicada. Consiste principalmente en leer despacio y con cuidado para reunir los datos básicos de quién, qué, dónde y cuándo. Algunas buenas preguntas a tener en cuenta son:

La observación bíblica no tiene que ser un proceso prolongado y laborioso. No necesita hacer y responder conscientemente cada pregunta. Cuanto más te involucres con la Biblia, más alerta estarás ante tales cosas.

2. Interpretar: ¿qué significa?

El siguiente paso es la interpretación. Has considerado lo que dice el pasaje, pero ¿qué significa? Puede ser útil hacer preguntas como:

Es importante que veamos que hay una diferencia grande entre leer la Biblia y estudiarla. Puedo conocer muchos relatos biblicos, pero necesito estudiar y entender que significan para mi vida. Esto último, sólo se obtiene por medio del estudio.

3. Aplicar: ¿Cómo debo responder?

Después de la observación y la interpretación viene la aplicación. Este es el objetivo final del estudio de la Biblia. En las dos primeras etapas estudias el texto; ahora el texto te estudia. Dejar el texto prematuramente, antes de aplicar lo que observamos e interpretamos, es como masticar sin tragar.

La Biblia misma es clara acerca de la importancia de pasar del entendimiento a la obediencia (Mateo 7: 24–27; Santiago 1:22; 2 Tim. 3: 16–17). Las preguntas útiles para reflexionar en esta etapa incluyen:

¿Qué libro  de la Biblia estudiar primero?

Es muy común que las personas que deciden leer o estudiar la Biblia por primera vez hagan lo lógico: comenzar por el principio y leer hasta el final, al igual que leerían la mayoría de otros libros. 

Sin embargo, la experiencia típica de leer la Biblia de esta forma generalmente resulta en lo siguiente: se lee bien a través de los dos primeros libros, Génesis y Éxodo, pero para cuando se alcanza Levítico y Números, la mayoría de la gente se atasca en los detalles de genealogías, instrucciones leyes y sacrificios. En este punto, muchas personas dejan de leer la Biblia, sintiendo que simplemente no es relevante para sus vidas. ¡Pero esta no es la mejor manera de leer la Biblia!

Si la Biblia fuera una rueda, Jesús sería el centro. El Antiguo Testamento predice a Jesús, muestra los fracasos de la humanidad en relación con Dios, y prepara el escenario para la llegada del Mesías.

Así que mi recomendación es que empieces por alguno de los siguientes libros:

En Resumen

¿Qué dice este pasaje de las Escrituras? Eso es observación. ¿Qué significa? Esa es la interpretación. ¿Cómo debería responder o actuar? Esa es la aplicación.

Si hace poco que has conocido de Dios, o si tal vez nunca has estudiado, tómatelo con calma pero con constancia. Es normal no entender muchas cosas, o incluso frustrarse, se paciente Dios es fiel y galardonador de aquellos que le buscan.

Estudiar la Biblia toma trabajo, pero la recompensa no tiene precio. Su Palabra es un cofre lleno de riquezas, sabiduría, belleza, poder y verdad.

No pierdas más el tiempo y empieza a estudiar hoy mismo.

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